FIC: El caso de la Boda

Buenas!! Aquí os dejo un fan fic que estoy escribiendo. No está muy bien, y tiene algunos errores, pero espero que os guste. ¡Y comentad, eh!
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FAN FIC: PHOENIX WRIGHT
El Caso de la Boda

1 de Marzo
11:49
Bufete Wright and Co

- ¡Eh! Nick, ¿Estás preparado?
Me giré; ante mi se encontraba Maya con su característico atuendo oriental y una sonrisa de oreja a oreja en la cara. Mi ayudante me guiñó un ojo cómplice antes de proseguir.
- ¡No me digas que te has olvidado! - me reprochó entre divertida y enfadada.
- ¿Olvidarme? ¿Olvidarme de qué? – le pregunté mientras rebuscaba en mi cabeza en busca de la respuesta. Nunca se me ha dado bien acordarme de las cosas. Nota mental: Comprarse una agenda.
- ¡Vamos, Nick! ¡Eres un caso! – dijo Maya. – Pues de la boda. ¿De qué va a ser?
La boda... ¿La boda? ¡La boda!
- ¿La boda de Larry?
- ¡La misma! ¡¡Es hoy!!
- ¿¡QUÉ!? – pregunté, sin dar crédito a lo que oía.
Ella se rió.
- ¿Ves? Lo que te decía: La habías olvidado. Saca el móvil, creo que te dejó un mensaje con una invitación, allí estará el día y la hora.
La obedecí, saqué mi teléfono del bolsillo de mi traje y busqué entre la bandeja de entrada.
Aquí... – murmuré.
Maya se acercó y se puso de puntillas para leerlo.

¡Ey, tío! ¿Cómo te va la vida? Nah, seguro que sigues siendo abogado, ¿no? Hace tiempo que no hablamos, pero tengo algo que decirte, escucha: ¡ME VOY A CASAR! Por fin he encontrado a la mujer de mi vida, y esta vez sí que va en serio. Te espero en la Iglesia de St. Edward el día 1 de Marzo a las 12:30. ¡Cómo no vayas....!

- ¿Cómo no vayas qué? – me preguntó Maya.
- A saber... lo veo capaz de todo...
- ¡Ay, Nick! Puede que te mate si no vas... – susurró ella temblorosa.
- Maya, por dios, no digas tonterías. Larry sería incapaz de hacer daño a una mosca.
- No sé, yo me lo imagino... – soltó un escalofrío.
Tuve que reírme. En fin, así era Maya.... Tenía 19 años y era mi fiel ayudante desde hacía 2. Siempre sonriente, siempre sarcástica, me es una gran ayuda en todos mis casos.
Y en cuánto a mi...
Me llamo Phoenix Wright y tengo 26 años. Soy abogado defensor. ¿Qué más decir? Supongo que el hecho que se lo sea se lo debo a mis dos mejores amigos desde el colegio: Larry Butz y Miles Edgeworht. Fueron ellos los que me enseñaron el valor de la justicia hace muchísimos años. Sin ser conscientes de ello, por supuesto.
Ahora Edgeworht es fiscal. Nos hemos enfrentado en infinitud de ocasiones en un tribunal. No es por presumir, pero en todas ellas yo he salido victorioso...
- ¡Vamos, Nick! – me apremió Maya. – Queda muy poco para las 12:30...
Miré mi reloj, estaba en lo cierto. Teníamos que irnos cuanto antes...
- ¡Próxima parada: Iglesia St. Edward! – gritó ella, decidida.

1 de Marzo
12:28
Iglesia St. Edward

El taxi se detuvo en mitad de un prado. Maya y yo bajamos del vehículo algo confundidos.
- ¿No se suponía que nos iba a llevar a una Iglesia? – protestó Maya dirigiéndose hacia el taxista.
- Y es lo que he hecho, el edificio está un poco más adelante. – contestó él, mirándonos con gesto de superioridad.
- Es un sitio un tanto extraño para construir una parroquia... – me dije en voz alta.
- Tengo el presentimiento de que también será una parroquia extraña... – me contestó mi ayudante.
Observé resignado como el taxi se alejaba por la carretera y me puse en marcha. Maya me seguía unos metros detrás, corriendo.
- ¿Sabes, Nick? – me gritó – ¡Cuándo sea tu cumpleaños te compro un coche! Le pediré el dinero al inspector Gumshoe... si es que le queda algo, claro...
Sonreí a mi pesar.
- Hablando de Gumshoe... hace mucho que no lo vemos.
- ¡Eso es por que hace mucho que no tenemos un caso! Ya me aburre esta rutina...
- Pero al menos tú tienes cosas que hacer en la aldea Kurain... – le espeté.
La aldea Kurain era el pueblo de Maya. Y es que ella no se limitaba a acompañarme en todos mis juicios, sino que también era la maestra de la familia principal Fey como médium. Desde siempre, las chicas de la familia Fey han tenido un poder espiritual muy fuerte y el título de maestra ha ido pasando de generación en generación.
Misty Fey, la madre de Maya fue la anterior maestra. Aunque la suya es una historia larga y complicada, que tiene relación con un pasado caso mío, un fiscal salido de la nada y una joven vengativa que tramó un furtivo plan tan sólo por satisfacción propia.
No, Misty ya no está entre nosotros, pero eso ahora mismo no nos atañe. Yo quiero hablaros de otra cosa, que no tiene relación con Maya, ni con su madre, ni con su hermana, Mia, mi mentora. O al menos no por el momento... todo se verá.
- ¡Nick! Estás en la parra, ya hemos llegado...
Volví al mundo real tras su grito, y miré a mi alrededor. Habíamos llegado. La Iglesia se alzaba majestuosa ante nosotros, como esperando que entráramos...
- ¿Entramos? – me sugirió ella, contestando a la muda pregunta que el edifico nos había planteado.
Asentí con la cabeza, y en ese momento oí una voz a nuestra espalda. Y la reconocí al instante...
- ¡Niiiiiiiiiiick!
- ¿Larry? – saludé dudoso. Mi mejor amigo de la infancia me miraba con tristeza, vestido ya con el esmoquin de boda. – ¿No se supondría que tendrías que alegrarte?
- Ayyy, Nick, lloro de la alegría – contestó exageradamente, gesticulando, y colgándose de Maya, que se hizo para atrás enseguida, automáticamente. – Tenéis que conocer a la bellísima Diane. ¡Es mi sueño! ¡Es la ilusión de mi vida! Sin ella no podría vivir en este a veces triste mundo...
- ¡Larry! Para ya de actuar. Si la conociste hace 4 meses...
- ¡Los 4 meses más maravillosos de toda mi vida! – se defendió.
- Lo mismo decías de la bella Kyonce, y de la inigualable Cindy, que resultó estar engañándote con otro... - agregó Maya.
- ¿Pero qué os pasa? ¿Os habéis planteado estropearme el día más feliz de mi larga existencia?
Al final acabamos riéndonos los tres. Y al rato la "bellísima" Diane se acercó y nos secundó también. Sólo cuando nos detuvimos escuchamos la discusión. Provenía del interior de la iglesia...
- ¿Quién hay dentro? - me preguntó Maya.
- Un viejo conocido: Los problemas. -le contesté mientras me aproximaba al interior del edificio, con cautela....

esta muy bien ¡¡¡ espero mas capitulos ¡¡¡

Está muy bien,ojalá hagas más capítulos,para entretenerme mienras que leo tus historias

¡¡Jeje! Muchísimas gracias a los dos.. mañana mismo cuelgo más ^^

Carmy esta muy bie, en serio, espero que pongas muchos mas capitulos ^^

Bueno, aquí vengo con otro trozo del fic. A ver si os gusta, gracias!!
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- ¡Qué le digo que fuimos nosotros los que hicimos esa reserva!
Me dispuse a escuchar a escondidas. No estaba haciendo algo malo, como habría dicho Maya, tan sólo estaba buscando información. Era simple curiosidad. Sin embargo, pronto me di cuenta de que el asunto parecía bastante importante.
- Lo siento mucho, señorita, pero usted no ha hecho ninguna reserva aquí. Sólo dos jóvenes van a casarse en esta Iglesia a esta hora: Larry Butz y Diane Sttonf.
¿- Es una broma?
- De ninguna manera...
Me extrañaba bastante la conversación. Una joven de largos cabellos color miel y ojos oscuros ataviada con un largo vestido blanco de boda discutía a gritos con el párroco, y hablaban sobre una reserva... ¿Qué estaba ocurriendo?
- Eh, Nick, vengo a “investigar” contigo – me susurró Maya al oído, apareciendo a mi lado.
- Ni pillo nada, me parece que esa mujer de ahí piensa casarse a la misma hora que Larry y Diane.
- ¡¿Quéééé?! Pero eso es imposible, Nick. ¿Cómo va a haber dos bodas al mismo tiempo en el mismo lugar?
- No lo sé, pero creo....
- ¡Ustedes dos! ¿Qué se supone que hacen aquí? Con que espiar... ¿no? Muy bonito...
Ambos dimos un respingo. La enfurecida joven se había plantado ante nosotros con los brazos cruzados y una mueca de enfado dibujada en su cara.
- ¿Espiando? – dijo Maya poniendo aspecto de chiquilla inocente. – ¡Claro que no! La Iglesia no le pertenece a usted solamente, ¿sabe?
- Ya, eso si lo sé... – se resignó ella suspirando. – Al parecer ahora la Iglesia le pertenece a la pareja a la que le toca casarse: Dos impresentables que han osado venir aquí y decir que es su turno: ¡Reservé este lugar hace meses! – chilló.
Maya y yo nos miramos consternados. La chica sabía perfectamente de qué iba todo aquello de las dos reservas. Y para que nos lo contara... tan sólo tendríamos que hablar un poco con ella...
- ¿Cómo se llama? – le preguntó Maya sonriendo.
- Reyna. Reyna Walton. – contestó relajándose un poco. – Soy periodista.
- ¡Ala! Periodista... qué interesante... Él se llama Nick, es abogado – añadió señalándome. – Y soy soy Maya Fey. ¡Soy médium!
- ¿Médium? – se extrañó. Yo suspiré. Era natural, lo que pasaba es que Maya parecía creerse que su profesión era tan normal como cualquier otra.
- ¡Sí! – asintió ella. – Ya sabe, canalizaciones de espíritus y todo eso...
- ¿Qué ha pasado? – la corté yo dirigiéndome a Reyna. – Antes ha mencionado algo de una reserva. ¿A qué se refería?
Ella lo meditó un poco antes de responder. Parecía estar pensando cómo comunicarnos su desgracia personal.
- Hace un tiempo, en Enero – se decidió al fin a hablar. – mi novio me comunicó que quería casarse conmigo. Yo le correspondí, y ambos hicimos una reserva en este lugar. Hablamos con un párroco, y decidimos que sería este mismo día, más o menos a esta hora. Pero hoy... al llegar, nos han comunicado que ahora mismo no nos toca a nosotros, sino otra pareja. Dicen que mi reserva no existe...
Reyna volvió a cruzarse de brazos y nos miró con desgana.
- ¿Y ha hablado ya con Larry y Diane? – se aventuró Maya.
- ¿Con esos dos? Bah, para qué... al fin y al cabo parece que todo va a salir perfecto para ellos. Se casan, son felices, comen perdices y mi novio y yo nos quedamos así, de morros. ¿Es eso justo?
Iba a responder, cuando se repente advertí que alguien se acercaba corriendo hacia nosotros: Una chica bajita, más o menos de la misma edad de Reyna, de rasgos asiáticos y unas finas gafas cuadradas enmarcando sus ojos rasgados.
– ¡Reyna! Tengo la solución, tranquila.
- ¿Qué ? – saltó ella – ¿Voy a poder casarme aquí? ¿Hoy?
- Aquí no, pero hoy sí. Te vas a casar en mi casa.
- ¿Quéééééééé? – exclamaron Maya y Reyna a la vez.
– Como lo oyes, amiga – siguió diciendo la desconocida, ignorando a Maya. – Acabo de hablar con uno de los párrocos, y dice que si le pagamos bien, nos acompañará y podremos celebrarla por todo lo alto en la mansión.
– ¿En la mansión? – se asombró mi ayudante – Nick, ¿has oído eso? ¡Tienen una mansión!
– Tú también tienes una, tonta... –le dije
- Ya, pero la mía está en la montaña, y no es un buen lugar para celebrar una boda...
- No, si tú, por quejarte... – murmuré. – Anda, volvamos con Larry y Diane.
Y salimos de allí, olvidándonos por ese día de la reserva fallida y la preocupada Reyna, de todo lo que había ocurrido.
No, nosotros disfrutamos de un día genial en compañía de nuestros amigos, sin ser conscientes de que dentro de nada el crimen volvería a caer de cabeza sobre nuestras vidas...





- ¡Niiiiiiiiiiick! – me gritó Maya – ¡Tienes que ver esto!
- ¿Qué quieres, Maya? – le pregunté algo confuso. Sin embargo, he de admitir que estaba nervioso. Cuando Maya se ponía así, tirando por la borda su irónico buen humor, algo malo estaba a punto de pasar.
- Ay, es terrible. Enciende la tele, ¡rápido!
Apreté el botón del viejo televisor que tenía en la oficina y sincronicé el canal que me dijo mi ayudante. Estaban en medio de un telediario.
- La noticia acaba de llegar a la prensa. Las primeras revistas del corazón ya publican la exclusiva con el nombre de “Una boda de muerte”. Según nos han informado, Reyna Walton, de 23 años de edad, apareció ayer muerta justo media hora después de su casamiento con John Sparket.
- ¿Quéééééé? – No podía creerme lo que estaba oyendo. – ¡Reyna Walton! – exclamé.
- Pues eso no es lo peor, escucha – me mandó callar, llevándose el dedo a los labios.
El presentador volvió a la carga:
- La acusada en este caso es una joven amiga de la víctima. La boda tuvo lugar en su casa, por lo según declararan los vecinos, “La asesina conocía la escena del crimen como la palma de su mano”. El nombre de la detenida es Lina Lin, de nacionalidad China. Les seguiremos informando.
La transmisión se cortó y Maya y yo nos miramos.
- ¿La chica de la mansión es la asesina? – se asombró ella.
– No lo sé... pero parece que hay que hacer una visita urgente al centro de detención...

Se ha quedado muy interesante!!

Sigue,que está genial!

Esta muy bien este fic ^^ tienes que seguir eh? que se ha quedado interesante.

Sigues sí o sí, no puedes dejarnos así. ^^

me gusto esta parte del fic "(...)¡Cuándo sea tu cumpleaños te compro un coche! Le pediré el dinero al inspector Gumshoe... si es que le queda algo, claro...(...)"

esta muy bueno, es el estilo puro de la serie PW. Seria bueno que tambien le pongas un toque tuyo para que sea mas significativo

Saludos y si puedes lee mi fic...

Claymond Gilgamesh

Esta muy bin el fic, sigue por favor ^^