Conexión Fallida

Aún recuerdo la cara de aquél joven al ver un bus acercándose para acabar con su existencia, y la expresión plasmada en su rostro, la tristeza de ver toda una vida truncada por un descuido, pero mejor comenzar el relato desde el origen.

Aquella tarde vi a un joven, de aproximadamente 16 años, sentado en una banquilla de la plaza del pueblo, mirando fijamente a la pantalla de su teléfono celular, riendo estruendosamente a ratos, y otras veces guardando sepulcral silencio frente a la luz del pequeño aparato.

Al rato se levantó y emprendió rumbo por la calle principal, por lo que decidí seguirle, su actitud me había extrañado.
Caminamos por varias calles, él fijamente contemplando la pantalla de vidrio, y yo continuamente extrañado por su actitud, hasta que llegamos finalmente a la calle en la que se ubicaba el terminal de buses del pueblo. El joven cruzó aventuradamente la calle sin mirar siquiera antes de hacerlo, razón por la cual no se dio cuenta de su eminente final en las manos de un bus que no logró frenar a tiempo.

Luego de tan trágico me acerqué a ver qué había en su teléfono que lo había condenado a morir a tan temprana edad, mi sorpresa fue que en la pantalla aparecía únicamente un mensaje: “La conexión ha fallado”